Mundumira prentsan

Miles de personas se acercaron a Antzuola para disfrutar del festival. Los organizadores de Mundumira realizaron ayer un balance “altamente positivo” de las múltiples actividades que han servido para celebrar en Antzuola la denominada Fiesta de las Culturas del Mundo. Calculan que unas 20.000 personas han participado en la fiesta.
La sexta edición del festival multicultural Mundumira volvió a convertir este fin de semana la comarca de Debagoinea en punto neurálgico de las músicas del mundo. Con un programa que ha reunido desde el pasado viernes actividades para todos los públicos, miles de personas se acercaron hasta el enclave guipuzcoano para pasar una velada entre coloristas y variadas propuestas escénicas y musicales.
De carácter rotatorio desde su primera edición, el festival recaló en esta ocasión en la localidad de Antzuola que, como se suele decir, se quedó pequeña para albergar el gentío que deambuló por sus calles, recintos, carpas y escenarios durante los tres días. El día fuerte fue el sábado. Desafiando a la crisis y al fútbol, el programa incluyó concursos de pintura infantil, circos ambulantes y animación callejera, que fueron los encargados de calentar el ambiente durante las horas diurnas.
Con espacios repartidos por toda la localidad, y en emplazamientos impensables, el personal se entregó a catar y disfrutar de productos del mundo, desde parrilladas argentinas a infusiones en jaimas, mientras grupos de percusionistas y músicos callejeros sacudían Antzuola y se solapaban a ritmo de batukadas brasileñas o percusiones africanas. Hubo también presentaciones de proyectos sobre turismo responsable, de iniciativas solidarias y proyección de audivisuales como el de “Islandia, tierra de hielo y fuego en autocaravana”(Sorbeltz Elkartea).

Los dos platos fuertes musicales de la velada llegaron a medida que caía la noche y coincidían en que ambos estuvieron oficiados por dos mujeres de armas tomar al frente de cada uno: las atípicas acometidas a la triki de Ines, vocalista del trio Gose, y la colosal fusión racial que encabeza María Abad, ‘La Canillas’ al frente del combo de fusión Ojos de Brujo.

Tras las actuaciones a la luz del día del grupo local Klak!son, los catalanes Rumba Vella, fue el trío de Arrasate que integran Ines Osinaga (voz y triki, ex-Ekon), Iñaki Bengoa (secuencias y programaciones, Bad F-Line) y Osoron (guitarra y bajo, ex-Des-Kontrol y guitarra de Gatillazo), quienes tuvieron que lidiar con la hora del bocata y la Real en las pantallas jugándose el ascenso. Aún con todo, despertaron el interés de un público que si por algo se caracterizó toda la noche fue por su eclecticismo. Familias enteras, de niños a amonas, se daban la mano con alternativos y cuadrillas noctámbulas.

Gose plantea una propuesta rupturista que trata de combinar tres sonoridades: la triki tradicional y la voz de Ines, las baterías electrónicas, los ruidos a ritmo electro punk de Iñaki y las guitarras y los esquemas al bajo entre el rock y el punk de Osoron. Lanzaron como andanadas las canciones de su tercera propuesta musical y reforzaron sus ritmos con proyecciones y letras que combinan posturas políticas con textos acerca del sexo y el deseo. Sin embargo no se detienen en mezclar ritmos tradicionales euskaldunes con agitación electrónica y estética punk. También introducen otros ritmos y elementos sonoros, como valses, pasodobles, fanfarria cíngara y hasta rapeados. Sudaron la gota gorda y el combo cerró la velada con su cantante Ines bajándose del escenario con micro y triki.

Tras ellos llegó Ojos de Brujo. Con una formación algo menos numerosa que la que presentaron en agosto en la Semana Grande donostiarra, la banda volvió a ofrecer una exhibición de talento que terminó en formidable jarana. ‘La Canillas’, con traje de faralaes y deportivas, se mete al público en el bolsillo a las primeras de cambio, saludando con su gracejo andaluz en un euskera peculiar, entre el jolgorio del personal. A la cuarta canción ya se había subido a una niña a cantar con ella. Ojos de Brujo saltan de la rumba catalana al rap con una naturalidad pasmosa. Tan pronto se arrancan por palmas y zapateados que introducen solos de trompeta seudojazzeros como el del tema ‘Todo Tiende’, cuyo estribillo, -‘Dueleleré duelelakínlakínderé, Duelelakínderé…’, ametrallan sin colarse una sílaba. Combinan en sus letras textos antibelicistas con visiones sociales. Fue tal y como les presentaba el programa de mano: una fiesta total.

Autor entrada: Juan Múgica Flores

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