El verano de las autocaravanas (Entrevista Sorbeltz)

Aumentan en Donostia las multas por aparcar en lugares indebidos. Otros municipios de Gipuzkoa ofrecen facilidades mientras que se estudia crear un parking específico en Igeldo.
Las autocaravanas, uno de los medios de turismo más pujantes en la última década, no encuentran en Donostia, aunque sí en otros municipios de Gipuzkoa, el apoyo que las asociaciones de autocaravanistas desearían. La imagen de conductores de autocaravanas dando vueltas por la ciudad -Paseo Nuevo, Antiguo, Gros…- para intentar aparcar su amplio vehículo-casa ha sido constante este verano. A pesar de que el Ayuntamiento donostiarra ha habilitado el aparcamiento trasero de la UPV/EHU porque el de Berio se satura con facilidad, lo cierto es que los autocaravanistas han tenido que buscarse otros emplazamientos callejeros para poder aparcar.
Ese estacionamiento les ha traído problemas en forma de multas. Un portavoz municipal recuerda que «está prohibido tener paradas autocaravanas utilizadas como viviendas rodantes» en San Sebastián, por lo cual se les sanciona. También por estacionar mal. «Se ha multado a las autocaravanas que ocupaban parte de un carril de circulación o un tramo importante de acera al hacerlo en batería, en oblicuo». Otra posible sanción puede llegar «por haber sobrepasado el límite de 48 horas de aparcamiento en Berio».
Garoa, la empresa que gestiona el camping de Igeldo, presentó un proyecto al Ayuntamiento donostiarra en el cual ofrecía una parcela cercana para aparcamiento de autocaravanas. «Entregamos el proyecto antes del verano y estamos a la espera de los informes de los departamentos municipales correspondientes», señala Ariel Zurro, director de la instalación de acampada. Se trata de un amplio espacio cerrado, ahora con algo de vegetación, pero con una infraestructura básica preparada para admitir autocaravanas en cuanto lo apruebe el consistorio de Alderdi Eder.
«Gran afluencia»
Eduardo Sorozabal, presidente de la asociación de autocaravanistas ‘Sorbeltz,’ señala que «en Gipuzkoa no hay problemas para aparcar, pero sí en San Sebastián. Se ha podido comprobar este verano conla cantidad de autocaravanas dando vueltas por el Antiguo, Ondarreta, Paseo Nuevo… porque el aparcamiento habitual de Berio se ha quedado pequeño». Recalca que la «afluencia de este tipo de turismo ha sido muy grande» y que entre las asociaciones intercambian información de dónde aparcar, de forma que «si un italiano viene a Donostia sabe que está Berio. Desbordado, han permitido aparcar en la trasera de la universidad. Sabemos que se están buscando alternativas».
Sorozabal destaca que en el resto del territorio todo son facilidades, las mismas que da el Gobierno Vasco, «comparado con Cantabria y Asturias, que tienen una normativa muy estricta: no les dejan aparcar y a veces les echan de donde se encuentran estacionadas». La normativa es Euskadi es más flexible «y ocurre algo muy de agradecer por los autocaravanistas: cuando un municipal o un ertzaina impide pasar al autocaravanista a un estacionamiento urbano le indica dónde puede acudir. Me lo han contado varios que les ha ocurrido en San Sebastián y les han dirigido a Berio o al parking vacío de las universidades».
En Gipuzkoa puede haber entre 1.500 y 2.000 autocaravanistas. «No sabemos exactamente cuántos, no existe un censo, pero yo me inclinaría más por el millar porque el incremento de usuarios en los últimos años ha sido espectacular». Considera que es «una cifra muy buena y los concesionarios guipuzcoanos están muy satisfechos con las ventas. El cliente es de clase media-alta». Una autocaravana cuesta como mínimo 40.000 euros. Más lo que se le quiera añadir por necesidad -placas solares- o capricho -antenas parabólicas o grupos electrógenos- que suben la factura total hasta cifras sólo manejadas por gente con disponibilidad económica.
Estacionamientos básicos
Sorozabal cree necesario disponer de estacionamientos para autocaravanas en Gipuzkoa. «Primero, porque descongestionamos el tráfico: somos grandes y lentos. Segundo, porque pagaríamos una cuota de estacionamiento y usaríamos en cada municipio el transporte urbano. Tercero, somos una fuente de ingresos turísticos. Los caravanistas vienen con su familia, gastan en hostelería o en supermercados y además gastan lo que se ahorran en el hotel o pensión. Son turistas que manejan dinero y si se les acoge bien, se quedan los días que haga falta en un mismo lugar». Y, por supuesto, repostan en las gasolineras que se han adaptado a sus necesidades. «Las hay que disponen de agua y desagüe de aguas grises y allá vamos. Dejamos nuestro dinero».
Habla de que en San Sebastián se rumorea crear un aparcamiento en Illumbe, otro en Igeldo, y que «en Irun estamos intentando que sea en Ficoba, infrautilizado en verano, y en Behobia». Otros posibles estarían en Legazpi, Errenteria y en Tolosa, «que parece que está algo avanzado», adelanta Sorozabal. Es su gran meta: «Tener un sitio donde pernoctar, sin que tengan que venir las autoridades. Hemos hablado como asociación con las autoridades de los principales municipios. Estamos abiertos a cualquier iniciativa».

Autor entrada: Juan Múgica Flores