Camping Cuenca

Ayer, 29 de abril, apareció una noticia en el diario ABC en la que la Asociación de empresarios de camping de Cuenca nos culpa a los autocaravanistas de sus problemas empresariales y se nos acusa, a los usuarios de autocaravanas que no deseamos hacer uso de sus instalaciones,  hacer un tipo de turismo que «no genera riqueza a las poblaciones, sino que puede generar problemas en el medio ambiente y en la seguridad, además de fomentar la acampada ilegal y los asentamientos marginales». Se puede leer la noticia al completo en este enlace:  http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=1405802

Nuestro compañero Arsenio Gutierrez se ha puesto en contacto con la redacción del citado diario y tal como le han solicitado, ha enviado una nota para rebatir los argumentos de los empresarios y explicar y dar a conocer a la opinión pública nuestra forma de viajar y hacer turismo.

La Junta Directiva de Sorbeltz quiere hacer público que hace suyas todas y cada una de las palabras de la nota enviada por nuestro compañero.

Esperamos y deseamos que el diario nos conceda a los usuarios la oportunidad del derecho de replica para argumentar y reivindicar nuestra forma de viajar y hacer turismo

Esta es la nota íntegra enviada al diario:

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El turismo en autocaravana se basa en un vehículo que proporciona los medios básicos para viajar. La libertad para iniciar un viaje, la posibilidad de elegir un destino sin necesidad de programar el alojamiento y la facilidad para disponer de los medios necesarios para realizar una etapa, son las características principales que han convencido a más de un millón de ciudadanos de la UE para escoger esta forma de viajar.

El turista en autocaravana no necesita un camping para obtener alojamiento. Le basta únicamente un lugar de estacionamiento autorizado de menos de catorce metros cuadrados, llano, en un lugar razonablemente seguro de la vía pública, para hacer una etapa; visitar una población o pernoctar en ruta.

La autocaravana, en primer lugar, es un vehículo sometido a la normativa que regula la Seguridad Vial. Una familia que permanece en el interior de un autocaravana estacionada en un lugar autorizado de la vía pública, no acampa aunque los pasajeros permanezcan en el interior, por lo tanto, no se le puede aplicar la normativa que regula la acampada tal y como pretende el lobby de empresarios de camping.

Algunos empresarios de camping culpan a las acampadas ilegales de la crisis que sufre su sector y achacan el cierre de algún camping al uso de nuestros vehículos fuera de sus establecimientos. Esta información como la que proporciona la Asociación de Empresarios de Castilla La Mancha en relación al posible cierre del Camping Caravaning Cuenca, firmada por EFE y publicada en el diario ABC, el día 29 de abril, es tendenciosa y, en opinión de los colectivos de usuarios de autocaravanas, tiene por objeto el presionar a las autoridades para que impidan el uso libre y legal de las autocaravanas.

El camping ha evolucionado hacia un producto que compite directamente con la hostelería ofreciendo instalaciones fijas en detrimento del terreno de acampada. El producto que ofrece no se adapta a las necesidades y a la demanda de una parte de los usuarios de autocaravanas que realizan estancias cortas y necesitan estacionar sus vehículos cerca de los lugares que desean visitar durante todo el año, incluso cuando los camping están cerrados. Por otra parte, los servicios complementarios tales como las piscinas o los colmados, el tamaño de las parcelas o la administración, encarecen innecesariamente un producto que muchos usuarios no deseamos consumir.

La presión que el lobby de empresarios ejerce sobre los electos, las diferentes administraciones y a través de comunicados a la prensa ha logrado en algunas localidades activar una actitud hostil hacia los usuarios de autocaravanas. En estos lugares lejos de incrementar el número de autocaravanistas que pasan por caja, lo que han conseguido es alejar a los clientes potenciales que visitan países o zonas donde este tipo de turismo de calidad es bien acogido como, por ejemplo, Marruecos o en el de Portugal.

Si realmente existe una crisis en el sector del camping, con toda seguridad no es debido a las acampadas ilegales sino que habría que buscar la causa en la gestión de los propietarios o en la adaptación del producto ofertado a las necesidades que plantean los clientes que han evolucionado desde la tienda de campaña a la caravana y por último a la autocaravana.

España entra tarde a la expansión de la autocaravana como medio turístico. En Europa, especialmente en Alemania, Francia, Paises Escandinavos e Italia (principales clientes de España), el uso de la autocaravana está regulado únicamente por la normativa de Seguridad Vial. En España se pretende someter a la normativa que regula la acampada con cerca de cuarenta textos normativos diferentes. Por un lado los Reglamentos de Camping bajo las leyes de Turismo de competencia autonómica, las leyes derivadas de la Protección de Espacios Naturales, también autonómicas y la Ley de Costas, cuyo reglamento es incapaz de proteger nuestras costas del cemento y ladrillo y sin embargo persigue a las familias que pretenden pasar una noche en el interior de una autocaravana estacionada en lugar de estacionamiento autorizado en la zona de influencia de la Ley de Costas.
Esta falta de criterio normativo crea una laguna legal y una inseguridad jurídica que aleja de nuestro país a un número de clientes potenciales y empuja al extranjero a una buen aparte de turistas españoles.

Las asociaciones de usuarios reclaman de las administraciones una regulación que defienda únicamente los intereses públicos y no los intereses privados de un lobby que únicamente desea mejorar su cuenta de resultados a costa del legítimo derecho de los ciudadanos que hemos optado por esta forma de viajar. Una regulación que limite el tiempo de estancia, si es necesario, o la forma de estacionar, pero que garantice un lugar gratuito o de pago con una tarifa adecuada al servicio prestado, para que el uso de los servicios de un camping sea una opción pero nunca una imposición.

El turista en autocaravana gastó ya el importe del alojamiento en la compra del vehículo abonando los impuestos más altos de Europa por su compra y, como cualquier otro turista, consume restauración, alimentación y servicios en las localidades que visita. Un turismo sostenible que no requiere la modificación del entorno con ladrillo o cemento para hacer etapas.

Un turista que utiliza un alojamiento autónomo que dispone de depósito para recoger los residuos y depositarlos en lugar adecuado para su tratamiento ecológico. Que consume mucho menos recursos en corriente eléctrica y agua, pues la mayoría de las autocaravanas están dotadas de células fotoeléctricas y los usuarios acostumbrados a consumir como máximo un depósito de 120 litros de agua cada dos días para dos personas.

Autor entrada: aiako

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